... A ese señor amor
... A ese señor amor
Devuélvame mi sonrisa
¿para que la quiere, ya, tan amarga?
Devuélvame las alas para volver a mi realidad
y contemplar las heridas de su ausencia.
No merezco que sea su silencio
el mar donde naufraguen mis dudas,
aunque me ahogan las preguntas sin respuesta.
Mis lágrimas limpiaron el espejo de la cordura,
nunca fui un duende, ¡ nunca !
Solo... una marioneta.
Usted, movió los hilos... y luego cruel y cobarde
cortó las cuerdas.
Quédese con mi ternura que abrigue su alma helada
Y que Dios le compense en amor
El daño que hoy usted me regala.
Pero devuélvame mi sonrisa
¿Para que la quiere, ya, tan amarga ?
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