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sábado, junio 23, 2007

Ícaro






Se posó en mi tejado con las alas quemadas.
El ocupó mis instantes, yo lamí sus heridas.
... Creí que era un ave.
Ícaro, tenía los ojos azules,
y se derretía con mis caricias.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pues...sin comentarios...no me sale.

Hace dias que te estoy leyendo, poco a poco.................y cada vez estoy mas convencido que eres la poeta mas maravillosa que hasta ahora lei...............si es verdad.....sigue, para deleite de los que te leemos

12:15 p. m.  

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