Te confieso
Estoy mirando por la ventana.
Llueve.
Huye el agua del mismo modo que huyen mis miedos.
Silenciosamente viejos.
Te confieso
Una página oculta por siempre en mi libro sin ortografía.
Un pecado sin paraíso,
un infierno regalado,
un sudario de renuncias,
Un silicio envolvente para la conciencia.
Simplemente soy su amante
Sin exigir relojes al tiempo,
sin medir la intensidad de la entrega.
Encendidos y castigados a escondernos.
Voluntarios a probar un veneno sin antídoto
Para morirnos de amor…
Un día de estos.
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