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lunes, agosto 06, 2007

Pagina de adolescencia


(cierra los ojos... nos vemos en el pueblo con unos flamantes dieciseis años)


Página de adolescencia



En el bar de enfrente gastábamos las horas, aprendíamos a ser altas (que no mayores) caminando con tacones de aguja, nos mentolábamos los pulmones con dos caladas de tabaco y organizábamos los novios en fila de a uno a la hora del baile.
El camarero de la camisa turquesa sobrevolaba nuestras cabezas llevando la comanda. En la bandeja vasos tintineantes mitad hielo y mitad calidoscopio de pipermint y zarzamora.
A ratos sonaba Adamo -Tombe la neige- y paralelas voces en “andalufrances” dejaban también caer la nieve por el cristal roto que daba al patio.
Era el patio, guarida de gatos hambrientos revolviendo la basura, cuartel de cucarachas y ratas en igualada contienda y callejón de huida para las cenicientas desobedientes.
Nada románticas las escobas y los cubos de plástico, nada estéticas las cajas de madera -cárcel de sifones y gaseosas pasadas de fecha-
La pileta del grifo en eterno goteo, como un llanto de cocodrilo.
Musgo y gusarapos con sus verdes trajes bailaban a la luna creciente.
En la fría cuerda del tendedero se colgaban todas las noches de domingo...
Y yo allí, formando parte del paisaje.
Desolador.
Rotunda e imborrable página de adolescencia.
Los años no disfrazan los recuerdos, como el amor no trasforma la mirada.
Tonterías.
...Y Adamo empeñándose en poner sus manos en mi cintura.